Desde la llegada de ChatGPT, una herramienta que genera textos mediante inteligencia artificial, las opiniones han sido dispares, sobre todo en el ámbito de la educación. Capaz de generar una gran variedad de contenidos textuales, esta herramienta también puede utilizarse con fines malintencionados, como la desinformación o el engaño.

OpenAI, la empresa que está detrás del famoso ChatGPT, ha lanzado una herramienta capaz de detectar si un texto ha sido escrito por una inteligencia artificial (IA) o por un humano. Este detector es capaz de predecir con qué probabilidad un texto, de al menos 1.000 caracteres, ha sido imaginado por una IA en lugar de por un ser humano.

¿Cómo funciona?

Una vez introducido en la herramienta un texto de al menos 1.000 caracteres, el software etiquetará el documento según la probabilidad de que la IA haya intervenido. Hay cinco niveles de probabilidad: muy improbable (10% de probabilidad), improbable (entre el 10 y el 45%), poco claro (entre el 45 y el 90%), quizá (entre el 90 y el 98%) o probablemente (más del 98%). No obstante, OpenAI calcula que el 9% de los textos se consideran incorrectamente escritos por la IA.

Pero la empresa ha advertido a los usuarios en su blog de que la herramienta no es del todo fiable, y los creadores desean recibir opiniones sobre el funcionamiento de su nueva herramienta.

Hemos probado la herramienta por ti:

Algunos estudiantes pueden tener la tentación de utilizar ChatGPT para escribir tareas.

Para probar la falibilidad de la herramienta y ver sus límites, generamos un ensayo en ChatGPT y luego utilizamos una herramienta para parafrasear el texto con el fin de encubrir cualquier posible texto generado por una inteligencia artificial.

Tras parafrasear el texto, AI Classifier Text sigue pensando que el texto ha sido generado por una inteligencia artificial. En conclusión, la nueva herramienta es un paso positivo para evitar las trampas. Un estudiante que siga queriendo utilizar ChatGPT parafraseando sus frases con una herramienta tendrá que seguir trabajando manualmente y, por tanto, utilizando sus conocimientos.

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¿Cómo evitar hacer trampas sin una herramienta?

Hay varias formas de ayudar a los profesores a detectar las trampas:

  1. Vigilar los comportamientos sospechosos: Los profesores pueden ser alertados por comportamientos como la duplicación de respuestas, la falta de compromiso durante el examen, la consulta frecuente de apuntes, etc.
  2. Utilice exámenes en línea supervisados: Los exámenes en línea pueden supervisarse para detectar comportamientos sospechosos, como la copia de textos o la consulta de páginas web.
  3. Diversificar las preguntas del examen: los profesores pueden diversificar las preguntas del examen para evitar que los alumnos compartan las respuestas.
  4. Asignar temas aleatorios: los profesores pueden asignar temas aleatorios para evitar que los alumnos puedan prepararse de antemano compartiendo respuestas.