El objetivo de cualquier aprendiz que participa en una formación profesional es volverse más competente. De esta manera, podrán realizar su trabajo con mayor facilidad. Algunos de ellos desean avanzar en su vida profesional.

Para ayudarlos a alcanzar sus objetivos, los formadores se esfuerzan por elegir los mejores métodos de aprendizaje para ofrecer. Los enfoques tradicionales basados en cursos teóricos y prácticos son los más conocidos.

Los estudiantes tienen acceso a diversas áreas de conocimiento. Luego, se les anima a demostrar lo que han aprendido durante las clases prácticas.

Actualmente, los formadores han inventado nuevos enfoques de aprendizaje. Están utilizando juegos de mesa como herramienta de enseñanza.

¿Cuáles son las ventajas de tal enfoque?
¿Cuáles son los desafíos relacionados con este método?

Las ventajas de usar juegos de mesa en la formación


Los juegos de mesa son excelentes herramientas de entretenimiento. Actualmente, sirven para la formación. ¿Cuál es el interés en usarlos?

Permitir que los estudiantes sean participantes activos en su formación

Integrar juegos en el programa de formación es una solución interesante. De hecho, es un enfoque pedagógico dinámico conocido como pedagogía activa. Coloca a los estudiantes en el rol de actores.

Con este método, los aprendices ya no solo esperan que el formador les imparta conocimientos. Crearán este conocimiento a través de la experiencia. Ofrecer juegos de mesa en la formación es una especie de simulación de la vida real.

Durante el juego, los participantes explorarán todos los datos a su disposición. Luego, identificarán la estrategia que puede llevarlos a la victoria. El formador solo tendrá que guiarlos para que saquen lecciones de esta experiencia, que podrán aplicar en el entorno profesional.

Consejo: La elección de los juegos a proponer es de suma importancia. Se debe tener en cuenta el perfil y los objetivos de cada participante.

Acelerar el aprendizaje

El juego es un medio eficaz para transmitir conocimientos. También permite a los aprendices desarrollar sus habilidades de otras maneras. Les permite:

  • Evaluar su conocimiento,
  • Compartir su comprensión,
  • Aprender a comunicarse con los demás,
  • Colaborar con otros,
  • Aprender la ayuda mutua,
  • Estimular su compromiso.

Por lo tanto, el aprendizaje se lleva a cabo en un contexto lúdico. Se desarrollan sentimientos positivos entre los aprendices. El placer, la alegría y la emoción estarán presentes. Todo esto optimiza el rendimiento del cerebro. Los aprendices serán más capaces de retener los conocimientos adquiridos.

Fomentar la interacción y el espíritu de equipo

Los juegos de mesa son herramientas que estimulan las interacciones entre los aprendices. Como recordatorio, a veces deben cooperar o ayudarse mutuamente. Por lo tanto, hay momentos genuinos de compartir. Los aprendices podrán desarrollar sus habilidades de comunicación y el espíritu de equipo.

Proporcionar retroalimentación inmediata

Utilizar juegos de mesa en la formación permite a los formadores ofrecer retroalimentación inmediata a los aprendices. Podrán comentar sobre el desempeño de cada participante durante el juego. Por supuesto, se trata de observaciones constructivas, no críticas.

Gracias a estos comentarios, los aprendices podrán mejorar sus estrategias. También identificarán su progreso. Todo esto puede mejorar el éxito del aprendizaje.

Aprender sin riesgo

Aprender con juegos de mesa es un método sin riesgo. Uno puede expresarse libremente, experimentar y tomar decisiones. También es una manera de aprender a enfrentar el fracaso. De hecho, es posible perder el juego. Los aprendices aprenderán a levantarse.

Participar en juegos también obliga a los aprendices a enfrentar desafíos individuales y colectivos. Tendrán el deseo de superarse para tener éxito. Además, el método de formación a través del juego capta su atención. Esto es necesario para transmitir los mensajes de manera efectiva.

Desarrollar la creatividad de los aprendices

Aprender a través del juego permite desconectarse un poco de la realidad. Los aprendices se sumergirán en un universo donde la imaginación se convierte en un aliado importante. De hecho, se ven obligados a usar su creatividad para establecer un plan de acción efectivo. Así es como pueden tener éxito en el juego.

Consejo:
Esta experiencia lúdica no debe alejar a los aprendices del objetivo pedagógico. Los formadores deben prestar atención a este detalle.

Desafíos que deben enfrentar los formadores

Ciertamente, los juegos de mesa son herramientas de enseñanza excelentes. Pero hay que saber usarlos. ¿Cuáles son los desafíos a superar?

Alcanzar los objetivos pedagógicos

Invitar a los estudiantes a participar en juegos de mesa requiere un cierto nivel de precaución. Deben ser alentados a involucrarse en este enfoque. Sin embargo, es esencial asegurarse de que sigan concentrados en el objetivo de la formación. Los formadores deben optar por juegos simples. Deben conocer bien las reglas para poder transformarlos en una herramienta de enseñanza.

Elegir los juegos adecuados

Seleccionar los juegos de mesa adecuados para proponer es difícil. Sin embargo, los formadores no pueden permitirse cometer errores. La implicación de los aprendices en el ejercicio es crucial. De lo contrario, el método no funcionará.

Finalmente, los aprendices deben adquirir los conocimientos que necesitan a través de los juegos. Por lo tanto, los formadores deben considerar varios criterios como:

  • Edad,
  • Perfil de cada aprendiz,
  • Su sector de actividad,
  • Sus personalidades.

Algunos aprendices pueden sentirse incómodos al jugar ciertos juegos de mesa. Este detalle también debe tenerse en cuenta.

Asegurarse de que el juego no reemplace al maestro

Ciertamente, el objetivo de ofrecer juegos de mesa en la formación es alentar a los aprendices a aprender a través de la experiencia. Sin embargo, el formador todavía tiene un papel que desempeñar. Debe observar, analizar y proporcionar comentarios constructivos. Debe ayudar a los aprendices a beneficiarse de la experiencia.

El formador debe entender el juego y establecer conexiones con el tema de la formación. También debe ser capaz de identificar las dificultades que enfrentan los aprendices y presentar una guía adecuada.